Netflix sigue sorprendiéndonos semana tras semana con nuevos estrenos. Nos encontramos en el mes del terror y uno de los simpáticos estrenos que no puede pasar desapercibido es Vampiros vs. el Bronx y, en esta review, te contaremos todo acerca de esta nueva cinta.
Miguel es un chico latino de un barrio en el Bronx quien, junto a su grupo de amigos, quiere salvar la tienda de uno de ellos; pero cuando unos extraños comienzan a comprar todas las casas y tiendas de su barrio, comienzan a sospechar que puede haber algo más sobrenatural en medio de todo eso.

Una historia clásica, modernizada
Al ver esta película, lo primero que pensarás es en la nostalgia que produce. La cinta está llena de elementos que veíamos en películas y series de los años 80 y 90, obviamente modernizada a la época actual. Desde sus protagonistas, quienes son un grupo de niños preadolescentes, hasta la historia, que parece sacada de una película retro. El largometraje termina ocupando todos estos elementos, combinándolos de una forma única que invoca a la nostalgia, pero llevado a nuestros tiempos. El filme termina convirtiéndose en un raro híbrido entre la película de ¡Oye Arnold! Y Stranger Things.
A todo esto, le agregamos que Vampiros vs. El Bronx posee muchas referencias a películas e historias de vampiros. El filme maneja la mitología que conocemos bien acerca de los vampiros que ha aparecido en diferentes filmes y libros, aplicándola en la historia. Esto nos otorga un ambiente conocido a una historia novedosa en todos los sentidos.
Además, la comedia abunda en la cinta. Obviamente, al encontrarnos un grupo de niños en una situación paranormal, estos reaccionan de acuerdo a su edad, lo que otorga grandes dosis de comedia.
Lo único negativo que podríamos ver es lo pobre que son sus efectos especiales, algo que al más purista de los cinéfilos podría molestar, pero una vez entrando en el mundo de la película, no te molesta tanto.

El espíritu latino en Vampiros vs. el Bronx
No es solo la diversidad del cast de la cinta lo que le otorga el espíritu latino, es la sensación de comunidad que se genera durante toda la película. Los personajes, para comenzar, están extremadamente bien posicionados, al punto de que sus dinámicas e interacciones te parecen naturales y la dirección junto al guion se encargan de demostrarnos que todas las piezas son esenciales en el desarrollo de la trama.
El diseño de producción y todo lo relacionado al aspecto visual de la cinta, destaca de igual manera. Las locaciones —todas filmadas en Nueva York— y sets tienen este estilo urbano característico de los barrios latinos en Estados Unidos.
Y, obviamente, no podemos no mencionar el cast latino presente en la película. Desde personajes puertorriqueños, mexicanos, haitianos y afroamericanos, estos representan la verdadera sangre del Bronx, con sus culturas y costumbres.

Gran mensaje social
Finalmente, Vampiros vs. el Bronx nos otorga un gran mensaje social, un mensaje de comunidad unida contra el descarado intento de progreso de las grandes corporaciones. La cinta nos dice continuamente que, si bien el cambio y la modernización son buenos en ciertos aspectos, el cambio a la rápida, sin el respeto a las comunidades trabajadoras, termina siendo casi como si unos parásitos “chupasangre” se mudaran a tu barrio, algo que la película se lo toma muy literal.
Además, Vampiros vs. el Bronx trata de comunidades minoritarias unidas por el bien común, manteniendo su espíritu que los hace tan únicos, la amistad y un poquito de comedia por aquí y por allá.
Vampiros vs. el Bronx está disponible en Netflix y es una muy buena opción para disfrutar este mes de octubre.