Desde tiempos inmemorables se ha dicho que la mujer nace para procrear, pero ¿qué sucede cuando no eres capaz de hacer el bien por tus hijos? Lazos de sangre es un filme japonés que intenta responder esta pregunta, dirigido por Tatsushi Ōmori (El susurro de los dioses) y estrenado en Netflix el 3 de noviembre.
La película narra la historia de Akiko (Masami Nagasawa), una madre soltera incapaz de cuidar a su hijo Shuhei (Sho Gunji, Daiken Okudaira), al que constantemente abandona y utiliza para su propio beneficio. Sin embargo, para Shuhei toda su existencia ha sido así y el vínculo que tiene con su progenitora es más fuerte. La cruda realidad de este niño lo llevará a límites impensados para satisfacer los deseos de su madre.

El vínculo de los lazos de sangre
Lazos de sangre retrata de forma extremadamente realista lo que millones de niños sufren a diario con padres abusivos. A través de los ojos de Shuhei es posible empatizar con la realidad de muchos infantes atrapados por la biología. Lamentablemente no podemos elegir a nuestros padres, y el amor que les tenemos se produce de forma inexplicable.
Akiko vive una vida desenfrenada y sin responsabilidades, de forma constante busca compañía de hombres que puedan compartir su estilo de vida. Un día conoce a Ryo —personaje interpretado por Sadao Abe (Parásitos)—, hombre con el que compartirá una relación codependiente y tóxica durante años. Él la abandona y maltrata de forma frecuente, sin embargo, Akiko siempre le permite volver a su vida cada vez que aparece.

Un guion excelente con grandes interpretaciones
Un largometraje de este calibre requiere de grandes interpretaciones, y el elenco de Lazos de sangre se las arregla para mantener de forma auténtica y natural cada una de sus intervenciones.
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Hay que destacar la actuación de Masami Nagasawa (Your Name.), cuyo personaje resulta ser el más complejo a nivel psicológico, sin embargo, la actriz logra transmitir la esencia de una mujer sobrepasada por los excesos. También destaca el actor que le da vida a la versión adolescente de Shuhei, Daiken Okudaira, un esforzado joven que se niega a abandonar a su madre, aun siendo consciente de que es lo mejor para él y su pequeña hermanita.

Dicen que el amor de una madre es lo más fuerte del mundo, pero todo tiene límites. Lazos de sangre permite al espectador hacer sus propios juicios morales al respecto de las distintas relaciones tóxicas que se establecen entre los personajes, además de reflexionar acerca de las realidades de otros, ya que el filme se encuentra inspirado en una historia real sobre el asesinato de una pareja de ancianos.