Desde el reciente martes está disponible en el catálogo de Netflix la película argentina El cuaderno de Tomy, un filme basado en una historia real que conmovió al país trasandino durante el 2015.
Protagonizado por Valeria Bertuccelli, Esteban Lamothe, Mauricio Dayub y dirigido por Carlos Sorín.
Tras ser diagnosticada con un cáncer de ovarios, María, madre de un pequeño de cuatro años, decide usar su humor para escribir un libro para su hijo. Además de ir contando a través de Twitter su experiencia desde el hospital en el que se encuentra internada.
“Hasta el final con una sonrisa y el puño apretado”
La producción trasandina es totalmente conmovedora, a pesar de que su protagonista intenta a toda costa que la enfermedad no amargue su humor ni quiera transmitir tristeza.
María narra toda su perspectiva de la enfermedad y la atención hospitalaria con ironía, sacando más de una sonrisa. De todos modos, se devela ese dolor de perderse la crianza de su hijo Tomy al que adora intensamente.

Pero el filme también pone en boga a la muerte asistida con eutanasia. Esto porque en aquel país no está legalizada la muerte a través de este método y solo está permitida la sedación paulatina. Sin embargo, a pesar de existir la voluntad del paciente y algunos profesionales de la salud aprueben dicha solicitud, a veces la objeción de conciencia del o la médica a cargo es más respetada que la voluntad del propio paciente.
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Tanto la eutanasia como la sedación paulatina son dos métodos que generan discusión dentro de la sociedad. Lamentablemente muchas veces no se respeta la decisión de la persona enferma y su deseo de tener una muerte digna. Un aspecto que tanto especialistas de la salud como las personas en contra debieran repensar más.
A través de El cuaderno de Tomy, podemos releer el deseo de diversas personas que tienen alguna enfermedad terminal. Un relato sumamente valeroso, emocionante y real que denuncia la necesidad de una muerte digna.