Jodie Foster vuelve a protagonizar un film luego de cinco años, y lo hace en Hotel de criminales, la ópera prima de Drew Pearce, el famoso guionista de películas de acción como Iron man 3 o Misión Imposible: Nación Secreta.
Los Angeles, 2028: en medio de una crisis nacional que enfrenta a ciudadanos y policías debido a la falta de agua, se erige el Hotel Artemis, una especie de hospital clandestino de lujo, donde ladrones, mafiosos, y asesinos son atendidos por La enfermera (Jodie foster), una mujer con un pasado doloroso y que lleva décadas sólo dedicada a ejercer su oficio para ayudar a quienes no necesitan de muchas preguntas y atención rápida. Así bajo esta premisa, pasaremos una estadía en este hotel-hospital, donde criminales de toda calaña se verán enfrentados en una seguidilla de sucesos que los llevarán al límite.
A simple vista la idea es atrayente -sobre todo dentro de su género- y está bien narrada visualmente, contando con una delicada y bien cuidada puesta en escena y precisa fotografía.
En cuanto a las actuaciones, Foster en el papel de “La Enfermera” se lleva gran parte de la carga, tanto emotiva como narrativa de la película, y a momentos pareciera salvarla de buena forma. Sin embargo, el guion a ratos resulta débil, tendiendo a recurrir a ciertos lugares comunes y a ciertos roces con la brecha de su propio verosímil en cuanto a ciertas relaciones entre sus personajes.
Por otro lado, la película transcurre casi en su totalidad en espacios interiores (el hotel) y de noche, decisión que ayuda bastante a construir la atmósfera de oscuridad y peligro latente al que están expuestos los personajes, como también a crear aquel imaginario de clandestinidad en el que existe este lugar.
Así, Hotel de criminales intenta construir -en sus poco más de 90 minutos- un clima de tensión constante con bien coreografiadas escenas de acción que destacan por su calidad visual y que harán tener al espectador con los ojos bien abiertos.
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Por Carla Morales