El pasado 28 de agosto fue estrenada la ópera prima de Sebastián Muñoz, la película El príncipe, protagonizada por Alfredo Castro (Tony Manero), Juan Carlos Maldonado (Helga y Flora) y Cesare Serra. El filme estará disponible durante un tiempo en Ondamedia.cl, por lo que te invitamos a leer la review de El príncipe.

Basado en la novela homónima de Mario Cruz. Jaime (Maldonado) es un joven veinteañero que, tras cometer un asesinato, es llevado a la cárcel. Ahí, conoce a “El Potro” (Castro), un poderoso recluso con el que comenzará una relación.
Excelente trabajo artístico
La escena artística es sin dudas lo mejor de El príncipe, donde destaca su fotografía con planos cerrados, además de su paleta de colores con tonalidad oscura; acelerando aún más las sensaciones del espectador. Por otra parte, las escenas musicales también le suman a la cinta de Muñoz, el trabajo vocal de las interpretaciones está bien ejecutado y en una oportunidad está, además, la participación de Milton Mahan, exmiembro del dúo pop chileno Dënver.

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Un guion centrado en las percepciones eróticas
La cinta tiene una temática de drama LGBT+ que se centra en el sentir sexual del protagonista y de quienes lo rodean. El argumento principal no es el crimen que cometió, en lo absoluto.
En reiteradas ocasiones se exponen primeros planos que recorren la acción sexual, exhibiéndose de manera explícita; relaciones sexuales que se dan dentro de un contexto de hacinamiento carcelario y donde el abuso es parte de ese espacio. Pero, a pesar de la excelente ejecución de aquellos planos, se abusa de sobre manera de dichas escenas y tampoco se alinean a una narrativa más profunda o atractiva.

Faltó un mejor trabajo de guion y, probablemente, también un mejor constructo del personaje protagónico, en el sentido que parece más una caricatura que una actuación natural. Sin embargo, Alfredo Castro logra capturar la atención con su personificación como es costumbre, dejando entrever la sensibilidad de un personaje impulsivo.
En síntesis, El príncipe orienta sus escenas a lo sensorial concentrado en el deseo meramente carnal, desde una sexualidad intensa y desde un escenario artístico, a pesar de estar situado en el interior de una cárcel. No es una película compleja y donde haya que concentrarse en la historia detalladamente.
Dentro de su palmarés cuenta con el premio Queer Lion del Festival de Venecia en 2019 y obtuvo los galardones de mejor largometraje internacional y la película más vista por el público en la quinta edición de AMOR Festival.